Dicen que “el físico no lo es todo” y esto aplica también en la naturaleza y la cocina.
Me refiero a los dátiles, un fruto seco, poco elegante y que tal vez ignoras, pues es poco privilegiado de imagen y para colmo caro.
El dátil es uno de los frutos más antiguos del mundo (3,000 a.C), se da en climas áridos y hay varias teorías, unos dicen que viene de Africa y otros dicen que de Arabia, pues sus cultivos empezaron en Irak y luego se regó por todo el Medio Oriente.
Para muchos, es un fruto sagrado e incluso afrodisíaco. Los árabes le llaman a la palma datilera, árbol de la vida, en Egipto lo relacionan con la fertilidad, los hebreos y griegos con el triunfo y los fenicios consideraban que era la palmera Dios, es decir, una planta sagrada.
Para todas estas culturas, y diría yo que la Mediterránea también, el dátil es parte de su dieta. En mi reciente viaje a Israel, pude ver miles de estas palmas bordeando el mar negro y todos los mercados estaban llenos de diferentes variedades. Cuando viví en en España visité la zona de Alicante, que también está repleta de ellos y hasta en Marruecos encuentras dátiles en cada uno de sus mercados.
Las palmas datileras fueron exportadas a América por los españoles, se dice que plantaban dátiles para marcar las tierras que conquistaban. En California y México se cultivan, pero poco.
¿Qué los hace tan caros? Que son muy difíciles de cultivar. Hay muchas variedades pero todas tienen un denominador común, crecen en zonas áridas, pero necesitan agua y labor humana constante.
La polinización de la palmera datilera se logra por el viento o por la polinización artificial. En otras palabras, se amarran racimos de flores machos en las inflorescencias femeninas. La propagación, también es complicada, se puede hacer por semilla o por hijuelo, como pasa con la planta de agave de la que se hace el Tequila. Pero, no es hasta que esta palma es adulta, que con el pasar de los años, el agricultor puede confirmar si es macho o hembra. En otras palabras, pueden pasar años, hasta que se confirma si la palma podrá dar dátiles.
Si con esto no te es suficiente para justificar su alto precio, entérate que son una buena fuente de energía, libre de colesterol y están repletos de vitaminas y minerales, por lo que pueden:
- Producir un efecto de saciedad en el cuerpo, reduciendo la ansiedad de hambre y por ende, te ayuda a perder peso.
- Disminuir el colesterol malo en cuerpo.
- Combatir el estreñimiento, las hemorroides y las bacterias que afectan el sistema digestivo.
- Ayudar como antiinflamatorio y reducir la tendencia a desarrollar enfermedades cardiovasculares, el Alzheimer y la artritis.
- Mejorar la salud del corazón, regular la presión arterial y disminuir la fatiga y la
- Mejorar el insomnio.
- Reponer tu energía inmediatamente durante el ejercicio o la práctica de algún deporte.
- Mejorar tu piel, cabello y hasta los dientes. En el pasado, hasta lo usaban como medicina natural contra las fiebre y la tos.
Son fáciles de comer. Llévalos como snack en la cartera o ponte creativo con ellos en la cocina. Guárdalos en un frasco cerrado o bolsa re-sellable, a temperatura ambiente, de esta forma pueden durar hasta un mes si los guardas en la nevera estarán más jugosos y deliciosos y podrás guardarlos por más tiempo. Cómpralos siempre en su estado fresco y que no estén empacados. Si es así, asegúrate de que no tienen ningún ingrediente añadido.
Doreen Colondres es latina, una viajera incansable graduada y certificada en cocina y vinos. Síguela en las redes @DoreenColondres, visita su web www.LaCocinaNoMuerde.com o adquiere su libro en Amazon.