The Crown: Acercamiento Real

En una época donde la corona británica está en todos lados (dada la muy reciente boda real), esta mirada a la persona y la institución, es más válida que nunca

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La Corona Británica ha sido un elemento permanente en el time line de nuestras vidas. Elizabeth II es la monarca con el reinado de mayor duración en la historia de su linaje (además de ser la más longeva, siendo que acaba de cumplir 92 años), lo cual significa que prácticamente es la única soberana del Reino Unido que todos hemos conocido.

Sin embargo, la figura de un rey o una reina, siempre ha sido algo muy lejano, muy distante, a pesar de que cada vez más hay mayor cobertura en la prensa de la cotidianidad real. La reina, es una figura con poder divino, siendo a la vez la cabeza del estado y de la iglesia, es una persona y una institución a la vez. Es un concepto… en la piel de un ser humano. Es esto justamente lo que explora la serie original de Netflix, The Crown, a través de la historia de la vida de la reina.

Desde su infancia, hasta su ascenso al trono; desde una joven enamorada hasta una aprendiz de gobernante, las primeras dos temporadas narran, a través de la historia lineal y de múltiples flashbacks, cómo una mujer se convierte en un ícono, y cómo es alguien que aunque domina parte del mundo, está alejado de la realidad.

Es una mirada detrás de los palacios, las joyas y la imagen políticamente correcta que forma parte de su manera de expresarse en el mundo, de su trabajo, que en realidad, es su propia vida.

Reina y estado, dos figuras indivisibles

Desde el momento en el que la reina se ve forzada a asumir el trono, dada la repentina muerte de su padre (obviamente, hablamos de el rey), se evidencia una lucha interna entre el deber y la vida personal, donde el deber, prevalece.

Una mujer que quiere ir acorde a la época, pero que debe respetar y mantener tradiciones centenarias es el centro de todo el relato, donde la posición encontrada en la que se encuentra en muchas situaciones, es justo la que se transmite al espectador.

Ella, en primer lugar, es una “ella”… la primera reina del Imperio Británico de la era moderna, en una época donde el machismo imperaba. Su intento por cambiar algunas de las férreas tradiciones comienza en el momento en el que decide asumir su propio nombre como reina, cosa nunca antes realizada.

Las figuras públicas tienden a ser deshumanizadas en el inconsciente colectivo, y en algunas ocasiones, satanizadas. Ese ha sido el caso de la reina durante ciertos períodos (sobre todo en la era Diana de -y ex- Gales) y viendo The Crown, es factible que la opinión sobre esta figura, cambie. Es solo una mujer, en circunstancias extra-ordinarias.

Corte real

Clare Foy es sin duda, la estrella y la reina de pies a cabeza. Sutil y fuerte a la vez, logra hacer que sintamos una empatía automática desde la primera escena, pero el resto del elenco, no se queda atrás.

Matt Smith como el Duque de Edimburgo, hace que despierten varios sentimientos a la vez, que a veces, no son del todo positivos. Un hombre complejo, con ambición y deseos de tener una vida normal, sin ganas de renunciar a los privilegios de su situación, muy incómodo por tener que estar siempre un paso detrás de su esposa.

John Lithgow, una vez más, muestra su extraordinaria habilidad interpretativa dándole vida a uno de los personajes más complicados de la historia, en los últimos años de su mandato: Winston Churchill. Un hombre fuerte, autoritario y terco, que intenta enseñar a la joven reina los intríngulis del poder.

Vanessa Kirby es la princesa Margarita, hermana de la reina, y es una verdadera joya dentro de todo el extraordinario elenco. Una muy malcriada princesa, que logra enervar a cualquiera, pero que a la vez, despierta simpatía ante su complicada situación.

Escándalos reales

Los escándalos han estado siempre presentes en la corona británica: desde la abdicación del tío de la reina por casarse con una plebeya divorciada, hasta la separación de Diana de Gales, y su trágica muerte. Justamente, Diana fue la princesa de las masas, la personificación de una figura real, que gozó de la simpatía del mundo entero desde el momento de su matrimonio con Carlos. Y en ese juego de opinión, la reina representaba a la antagonista, la contrafigura de la protagonista. Esta es la historia que todos esperamos ver en las próximas temporadas de la serie, que si continúa como va, promete ser realmente impactante para lograr descubrir el lado humano, los matices de cada personaje involucrado en la historia. Además, los actores serán otros, y la curiosidad de saber cómo interpretarán a los personajes, es enorme.

En esta era de #TimesUp, la serie ha dado mucho de qué hablar, pues salió a la luz pública, que el actor que interpreta al Duque de Edimburgo, Matt Smith, percibía un salario que duplicaba al de la protagonista, Claire Foy, la mismísima encarnación de la reina. Lo cual despertó la animadversión de todos, por lo injusto de la situación. La defensa de los productores: Smith es mucho más famoso que Foy, por su pasado como Dr. Who… ¿pero la fama realmente justifica la abrumadora diferencia de salario aún cuando la diferencia de roles es inversamente proporcional?

Long live the Crown!

En los últimos años, las plebeyas se han convertido en princesas, así como recientemente lo logró Megan Markle. Y aunque sea en la ficción, la plebeya Claire Foy siempre será la reina. Olivia Colman interpretará a la reina en la próxima temporada, veremos si logra ocupar el trono con la misma gracia y humanidad que Claire Foy.

Pros

  • Con múltiples galardones y nominaciones, es una de las series más reconocidas de la industria.
  • Las recreaciones de escenarios cuidando el más mínimo detalle y el vestuario impecable hacen que sea una puesta en escena perfecta; sumando las actuaciones magistrales, la serie realmente logra hacer sentir que se está dentro de la historia. Ni hablar de la fotografía, que prácticamente hace pensar que en cualquier momento llueve dentro de la propia sala.
  • Despierta el interés por saber los detalles históricos, así que es seguro que al finalizar cada episodio, Google se vuelva indispensable.
  • La promesa de muchas otras temporadas, y la cercanía con la época actual a medida que avance la serie, la convierte en una cita obligatoria.
  • Helena Bonham Carter, como la nueva Princesa Margarita… eso siempre es una buena señal de poder tener un matiz diferente de una extraordinaria actriz.

Cons

  • Ansiedad ante el cambio del elenco, aunque para la salud de la serie, se comprenda que es lo mejor, antes de enmascarar a los mismos actores con prótesis para aparentar una mayor edad, lo cual iría en claro detrimento de la calidad.
  • Esperar un año para la próxima temporada.

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